Des bouts de miroir

Crítica cultural y otros fragmentos. Un blog de Iris Carrera Lago.

Proyecto Abecedario #11: K de Komsomolsk

Esta vez sí, he conseguido recuperar el timing establecido inicialmente y me he dado solo 2 semanas para la letra K. Para buscar la palabra, me aventuré en la librería de segunda mano Re-Read, y allí encontré un diccionario enciclopédico. La palabra que escogió el azar fue Komsomolsk. La definición, según el mismo diccionario, era la siguiente:

Komsomolsk: «Ciudad rusa de Siberia oriental, sobre el Amur; 170.000 h. Puerto fluvial; conatrucciones navales; metalurgia».

Tras investigar, resultó ser mucho más, y todo lo que descubrí no precisamente agradable. Para compartir parte de esa información con vosotros, he decidido que una de las tres piezas sea una especie de documental en el que recojo las anotaciones que hice sobre la ciudad, aunque hay muy poca información en internet. Mi fuente principal ha sido este interesantísimo artículo de James Robb.

Ahí va, sin más dilación, lo que he sacado de Komsomolsk, en el mismo orden en que salió de mis manos:

POEMA

«Por favor,
no desmontes este puzzle.
He dedicado
toda mi vida a montarlo».

El operario de limpieza
pasa una vez al mes
por el desván
y quita el polvo
a los ciento cuarenta y siete puzzles.

Después, cierra la puerta
y se va a casa
a hacer el suyo.

TEXTO

Un avión militar fabricado en Komsomolsk probablemente esté sobrevolando Ucrania en estos momentos. El lugar donde se fabricó ese avión, donde los metales se fundieron y abrazaron su estructura, fue construido a su vez por víctimas de una guerra; presos políticos forzados a soportar las inhumanas condiciones de vida de Siberia, con inviernos por debajo de los -20 ºC, para levantar prácticamente de cero toda una ciudad industrial que todavía hoy en día se yergue junto al río Amur. Paradójicamente, las aguas que se deslizan junto a esa ciudad fundada sobre la muerte llevan el nombre de Cupido. Eros y Tánatos, de nuevo. Cientos de miles de rusos y japoneses, prisioneros de guerra la mayoría, perdieron la vida mientras Komsomolsk nacía, crecía y se hacía fuerte entre sus propias manos.

Hoy un avión nieto de esas muertes provoca nuevas muertes y destruye una ciudad, que se hunde bajo las ruinas igual que los cadáveres que ya nunca serán hallados, bajo un hospital ginecológico de Komsomolsk, en el que hoy nacen criaturas que mañana fundirán metales que abrazarán aviones que arrasarán ciudades. Hoy, desde aquí, desde el sol y la playa ardiente, una quisiera romper el círculo, elevar la temperatura de Komsomolsk y hacerla habitable, convertir los metales fundidos en robustos puentes que se mezcan sobre el Amur, en esqueletos de edificios nacientes que reconstruyan las ciudades agonizantes. Pero, claro, una no puede hacer eso.

Una solo puede escribir, y esperar a que el corazón deje de temblar, y mirar a los vencejos volar en círculos bajo el sol.

DOCUMENTAL BREVE

Reflexiones sobre el proceso

Estoy contenta, sobre todo, por haber sido capaz de cumplir con el plazo. Aunque también hay que decir que estoy de vacaciones, y eso ayuda. Es curioso, porque lo primero que me salió, el poema, poco o nada tiene que ver en el fondo con Komsomolsk, pero partió de una reflexión sobre la necesidad de conservar aquello que nos ha costado esfuerzo, o incluso la vida (en el caso de los edificios construidos por los prisioneros rusos de la ciudad). Sobre la importancia que puede tener algo que desde fuera podría parecer absurdo. En cuanto al texto en prosa, es mi pieza favorita de esta letra, y realmente sentí que me salía de muy hondo al escribirlo. Por último, el documental nació de la necesidad de compartir con quien siga el proyecto una parte de la información que encontré sobre Komsomolsk, ya que me pareció profundamente interesante, inquietante y muy poco conocida. La imagen escogida pretende generar contraste, reflejar mi pasmo al enterarme de esta terrible historia desde la comodidad de mi ciudad soleada, llena de supermercados y de escaleras mecánicas. Tal vez el resultado no sea todo lo impactante que pretendía, pero bien, tal vez en el futuro la idea pueda desarrollarse más. En general, estoy contenta de haber vuelto a encauzar el proyecto, y espero seguir «portándome bien».

¡Gracias por leerme!

P. D. : Ahora vienen, eso sí, un par de semanas de merecido descanso veraniego, así que reactivaré el proyecto a la vuelta. ¡Felices vacaciones!

Proyecto Abecedario #10: J de Juglaresa

Mucho más tarde de lo que debería, vuelvo por aquí a publicar los resultados de la décima letra del Proyecto Abecedario. Esta vez, la procrastinación me ha ganado la partida y solo tengo dos piezas resultantes del proceso. La tercera nunca llegó, aunque en mi defensa diré que hace tiempo que tengo en mente un cortometraje que se podría relacionar con la palabra que me tocó, que no es otra que «juglaresa». Así, en femenino. Y fue puro azar, lo prometo. Pero me encantó que la casualidad me llevara a esta curiosa palabra, relacionada en varios sentidos con este momento de mi vida; y es que, por diversas circunstancias, este curso he estado dando clase de literatura medieval y he hablado de juglaresas y trovadoras. Y, por otro lado, últimamente estoy tratando de leer sobre la cuestión de las mujeres y la literatura (o el arte en general) a lo largo de la historia, así que la palabra parecía confirmar algunas de mis inquietudes del presente.

No me enrollo más, aquí van los resultados:

TEXTO

Canto las palabras que otras mil cantaron antes. Las canto para curar mi herida, para que otras voces se unan a la mía y la arropen, como una manta mullida en el invierno más árido.

Canto para deshacer, como un torrente o una cascada de polvo, las piedras que llevo dentro y que no me dejan pensar. Salen de mí con la canción, llegan como pequeñas motas a los balcones de la gente, que puede apartarlas con desdén u observarlas y reconocer en ellas una parte de su propia piedra.

Canto y danzo un son atávico, con la sensación de ser el eco y a la vez la voz, con la sensación de ser la mota de una piedra más grande, que algún día otra mujer deshizo con su canto.

Soy juglaresa de mí misma, me entretengo para no pensar en lo que no me dejaría vivir.

Soy juglaresa de quien quiera leer y oír mi canto, aunque sé que no es posible el milagro de volver la piedra en pluma.

Las juglaresas, en mi mundo, son muchas y me hechizan, compinchadas con las brujas. Las escucho y, con su canto, bailo por dentro hasta el éxtasis de olvidar lo cotidiano. Uno a la suya mi voz, y repito su canción para que otras, como yo, bailen y me den la mano.

CANCIÓN

Reflexiones sobre el proceso

Empecé con ganas y la idea del texto salió rápidamente, ya que era lo que tenía en la cabeza después de mis últimas lecturas. La idea del arte o el canto no como creación original, sino como transmisión de lo ancestral. Los juglares y juglaresas no escribían sus propias obras, sino que se limitaban a transmitirlas. Muchas veces he tenido la obsesión de ser original, pero todo lo que hacemos viene de algún sitio, y en el fondo esa idea de ir recogiendo lo que recibimos de otras, asimilarlo y devolverlo al mundo habiéndolo manoseado, moldeado a nuestra manera, pintado de nuestros colores, también es un proceso necesario e inherente al ser humano, o eso es lo que creo hoy.

En cuanto a la canción, decidí crearla a partir de la misma idea del texto, dándole un tono tradicional, para que recordase de alguna manera al romancero o tuviese un toque medieval. Como me salió muy larga y después me daba pena quitar texto, me costó ponerle la música de forma que no quedase muy repetitiva. Estoy bastante satisfecha con el resultado, aunque soy consciente de que la duración del tema es excesiva y tal vez se haga un poco pesada. También he aprendido que cuando haces una canción está bien pensar en que tu yo del futuro va a necesitar respirar de vez en cuando.

Y, por supuesto, vuelvo a estar enfadada conmigo misma por haber tardado tanto en completar el proceso, sobre todo teniendo en cuenta que estas dos piezas estuvieron listas a tiempo, y que simplemente me bloqueé por no tener una tercera. A partir de ahora, voy a intentar volver a cumplir el plazo de 2 semanas por letra, dejando margen hasta 1 mes en caso de que el mundo real se interponga en el camino.

Hasta aquí por ahora… ¡Gracias por leerme!

Proyecto Abecedario #09: I de Inmejorable

Un diccionario escolar dio su veredicto para la letra I: «Inmejorable». Esta es la palabra que me ha tenido ocupada en las últimas semanas y, aunque no he cumplido con el plazo previsto inicialmente, digamos que lo importante es que el proyecto siga avanzando pese a las diversas interrupciones de la molesta realidad.

Aquí la definición de la RAE, esta vez muy concisa:

inmejorable

1. adj. Que no se puede mejorar.

Y aquí os dejo los resultados de esta fase:

COLLAGE

Inmejorable – Proyecto Abecedario

TEXTOS

1 (reflexión inicial)

No hay nada inmejorable. Todo puede ir a mejor, y a peor también. Al menos, creo que no se puede saber que algo es inmejorable en el presente, porque en ese momento siempre nos parecerá que es posible la mejora. En retrospectiva, en cambio, sí nos damos cuenta de que, en un preciso instante, cierta situación era lo mejor que podía ser. Porque sabemos lo que pasó después. Aquella era la cúspide, el punto más alto. Era inmejorable o al menos lo es ahora, en el pasado, como una foto fija. Ya no puede mejorar porque ha terminado. Así que algo puede ser inmejorable solo en el pasado. De ahí debe de venir esa tendencia que tenemos a idealizar lo que ya fue. Nos parece inmejorable. En cambio, el presente siempre opinamos que puede mejorar. No lo idealizamos. Proyectamos mejoras imposibles en nuestra imaginación. Pensamos en un chalet, en una mansión, en un palacio. Pensamos en el éxito, en la fama, en el prestigio. Pensamos en piscinas, en parques acuáticos, en manantiales. En amores incondicionales, libres, apasionados. Pensamos en volar. Todo nuestro presente es mejorable. Pero la pregunta es: ¿mejorará?

Tal vez sea mejor vivir como si todo fuese inmejorable. Tal vez ahí esté la paz, tan anhelada. 

2

Inmejorable el rayo de sol que llega de manera inesperada. Cuando una ya se había mentalizado de pasar el día bajo las nubes, todas manto, todas muy bajas y pesadas. Entonces, ese poquito de luz que aparece sobre el suelo, justo delante de ti, se convierte en un espejismo hecho realidad. Los ojos no te engañan: ha salido, ha salido. El cielo te muestra un trocito de su piel, cada vez un poco más desnudo. Se te pasa el frío que había empezado a meterse por tus sienes. Y piensas eso, que este instante es inmejorable, perfecto, delicioso. La primera vez que respiras con alivio en mucho tiempo. Porque aunque hagas ver que te has acostumbrado a los días nublados, acabas de comprender que necesitabas el sol, y el desnudo azul, y la vida amarillo brillante durante unos minutos. Salir de la cueva, ver el prado, sonreír.

3

Pisos de treinta metros,
trabajos sin contrato
busque compare compre
escaparates hipnóticos.

Necesidades creadas
verduras sulfatadas
pantalones recién hechos
en Bangladesh.

Calles que huelen a coche,
mares que huelen a coche,
que comen casas,
que comen plástico.

Yates y cartones
“tengo tres hijos”
cartones de vino
cartones-colchón.

Selvas arrasadas,
desiertos en guerra,
personas prohibidas,
personas adquiridas.

Baobabs ardiendo
fábricas que explotan
vientos que se llevan
los pueblos, la historia.

Plazas repletas,
colas y colas,
gente dormida de pie,
gente despierta en la cama.

Cielo verde
o amarillo.
Nadadores de olimpiadas,
nadadores del exilio.

Niños que no sueñan.
Viejos que no entienden.
La libertad arrinconada
al fondo de un callejón.

Inmejorable.
Es inmejorable, nuestra situación.

CANCIÓN

Versión «inframaqueta»

Reflexiones sobre el proceso

La verdad es que esta palabra no me ha resultado nada inspiradora. Como me gusta mucho quejarme, se me hacía difícil hablar de lo inmejorable. Primero redacté los textos, que en este caso no tienen mucho de especial. Después hice la canción, y eso ha sido lo que me ha tenido más tiempo sin avanzar en el proyecto, porque era consciente de lo ñoña que era, y eso me quitaba las ganas de ponerme a terminarla. De hecho, para poder acabar con esta palabra he colgado una versión mucho menos pulida de lo que me hubiese gustado, pero sinceramente no me apetecía trabajar más en una canción tan pastelosa, y tenía que desbloquearme de alguna manera. Por último, y en plena crisis de la canción, hice el collage para ver si eso me quitaba un poco la decepción, y efectivamente, estoy mucho más contenta con el resultado por ese lado; sin duda, el collage es mi pieza preferida de esta letra. En cualquier caso, el de la I ha sido un proceso lento e interrumpido por el trabajo, pero también por la desmotivación que me provocaba no estar contenta con lo que iba creando. Ahora lo miro con perspectiva y pienso que tampoco está tan mal y, de hecho, este era uno de los objetivos del Proyecto Abecedario cuando lo inicié: liberarme del poder anulador de la autocrítica e ir publicando las pequeñas cosas que hago aunque no me parezcan magníficas. Por lo tanto, así seguimos, luchando contra la pequeña tirana interior.

Proyecto Abecedario #08: H de Herrero

Un máster torturante, cinco trabajos y unas autofinanciadas vacaciones más tarde, he decidido retomar el proyecto una vez más, esperando que en esta ocasión pueda continuar del tirón hasta la Z… Ahora bien, no prometo nada. La vida real ha resultado ser muy exigente, en detrimento de estos mundos de imaginación y disfrute.

En cualquier caso, allá vamos con la H, que había quedado colgada (o más bien hecha y sin colgar). Y, pobrecita, como es muda no podía quejarse. El Diccionario de símbolos de Cirlot reveló que debía ser el Herrero quien me acompañara en el viaje de la octava letra del alfabeto. Y de esa palabra surgieron tres retoños. Algunos andan por Instagram desde hace meses, pero aquí va la recopilación:

COLLAGE

TEXTO

Él dobla lo más firme y lo convierte en figura sinuosa. Los golpes insistentes parecen no tener sentido hasta que el metal se ve deformado, hasta que ha tomado la apariencia de algo más que metal. No me lo podía creer la primera vez que lo vi. Y sin embargo es verdad, el hierro se puede doblar, y él lo sabe. Lo conoce muy bien, desde la primera vez que se golpeó sin querer, desde la primera vez que lo intentó y fracasó. Ese es el secreto, golpear muchas veces, aun ante el fracaso. Aun ante las extremidades doloridas y moradas. El sudor solo es un compañero húmedo al que hay que dar la bienvenida. El fuego es el cómplice necesario. Las manos se cansan cada día menos, él me lo aseguró así y eso me pareció cuando las vi cada día menos rojas, menos hinchadas, más duras. Una corteza iba cubriéndolas, en realidad todo su cuerpo era como un árbol recubierto de corteza gruesa. Menos su rostro. La cara era la de un niño, los ojos brillaban con la llama y parecían llorar cuando una gota de sudor se columpiaba en ellos. Yo le miraba desde el umbral. Hasta el día en que me dejó pasar y le ayudé con los golpes. Primero no me lo creía. Lo había visto, y sin embargo no lo creía. Pero el milagro se obraba una y otra vez, y cuando fueron mis manos las que golpearon hasta ver a la figura emerger de la masa informe, entonces sí. Entonces me lo creí, y sentí que estaba en mí la posibilidad de deformar el universo.

CANCIÓN

De esto solo tengo una especie de «borrador», pero lo dejo por aquí de todos modos.

Reflexiones sobre el proceso

Poco puedo decir esta vez, dado que esta letra me ha tenido encallada unos cuantos meses. El motivo ha sido sobre todo el no tener la canción terminada ni grabada de forma decente, por lo que finalmente he decidido salir del atolladero recortando aquí y allá, y compartiendo esta versión desnuda y primitiva que quizá algún día se convierta en algo. En cuanto al collage y al texto, estoy bastante contenta pese a la sencillez.

¡Seguimos!

Proyecto Abecedario #07: G de Guardilla

Ha habido una pausa. Sí. Ha sucedido lo inevitable del verano. Pero también otras cosas evitables que ahora prefiero no enumerar. Al menos aquí estoy, de vuelta. Hola, queridos.

Para la letra G, el diccionario me regaló la palabra Guardilla. Una más para mi colección de palabras aprendidas este año. Esta es la definición que da la RAE:

guardilla1

f. buhardilla.

guardilla2

De guardar.    
1. f. En costura, cierta labor para adornar y asegurar el cosido.         
2. f. Cada una de las dos púas gruesas del peine que sirven de resguardo de las delgadas. U. m. en pl.

He utilizado, en este caso, la segunda acepción.

Aquí tenéis los resultados:

TEXTO

A ti te gustaba coser junto a la ventana. Cogías tu labor, te sentabas en tu silloncito forrado de tela, te ponías el dedal y empezabas. Era como un ritual hecho de costumbre, estabas tan habituada a hacerlo que tus gestos eran automáticos y no era raro que tu mirada se perdiera en el vacío, como buscando una canción de infancia en algún punto del aire, en las partículas de polvo suspendidas, mientras los dedos se movían ágilmente, con seguridad, con calma. No había preocupación en tu quehacer, no había miedo. Solo certeza, hábito, camino que se hace al estilo del poeta, maniobras simples que se suceden unas a otras y, de repente, terminan y dan lugar a un resultado casi inesperado; el botón, perfectamente unido de nuevo a la bata de la que cayó. El calcetín, sin apenas signos de haber estado lleno de agujeros pocos minutos atrás. Y la bufanda, que antes no existía más que de forma latente en el ovillo, de repente muy presente y dispuesta a abrigar el cuello de alguno de tus nietos.

Te gustaba ponerte allí, cerca del alféizar, porque tenías más luz, pero también porque de vez en cuando oías pasar a las vecinas y podías recoger retazos de sus conversaciones e incorporarlas al hilo de tu canción, aquella canción que nunca cantabas en voz alta pero que siempre estaba en tus ojos. Tus vecinas eran diferentes a ti. Estaban más bien secas, más bien gastadas, apesadumbradas y con las voces roncas y quejumbrosas. Tú no, tú eras fresca, tú eras ligera, a pesar de tus muchos años y a pesar de tus mil surcos. Tú te parecías al agua de un río, y por eso me gustaba mirarte coser, con esa caja metálica de galletas sobre las piernas, con la mirada en el aire y la voz escondida. Me gustaba mirarte y aprenderte, intentarlo al menos, aunque tú no me prestaras ninguna atención. Yo hacía ver que jugaba, pero en el fondo no hacía más que observar la aguja que entraba y que salía, que entraba y que salía, el hilo que formaba círculos y elipses y que alguna vez se terminaba, y había que hacer un nudo y volver a enhebrarlo y empezar otra vez por donde se había dejado. Y cuando pasaba eso era mi momento preferido, porque entonces yo existía por un breve lapso de tiempo, entonces alargabas los brazos hacia mí, como invitándome a bailar, y me pedías que metiera aquel hilo puñetero por el ojo de la aguja, porque tu vista ya no era como antes. Pero no lo decías quejándote, solo me pedías prestada la pupila durante unos pocos segundos, y no te parecía humillante, ni triste, y a mí tampoco me lo parecía, aunque sí que me parecía que dentro de un tiempo ya no podrías coser y que entonces sí que ibas a dejar de flotar, y de cantar con la mirada, y de escuchar a las vecinas.

Pero cuando por fin pasó, cuando tuviste que dejar de coser, no te importó tanto como yo había creído. Solo dijiste que tendrías más tiempo para hacer madalenas. Y yo me acerqué a la ventana y miré hacia fuera, y solo vi una canción que se alejaba con el viento, como un hilo que hubiese salido volando y ondeara, cada vez más ligero, cada vez más cerca de aquel cielo sin nubes.

IMAGEN

2 POEMITAS

I

Me imagino a mí misma
con agujas de calceta
y me duermo acunada
por la paz de la vejez;
el sueño de la experiencia
ya plácido, ya sin peso,
el ovillo sin enredos
en la mesa el nescafé.
Los ojos casi dormidos,
la mirada desvelada,
los dedos no se despistan
y el eco canta a mi espalda.
Tengo nostalgia de hoy
en ese día inventado
y sin embargo hoy admiro
el arte de envejecer.
Cierro los ojos un rato
y cuando los abro miro
mis manos llenas de arrugas
y en el regazo un ovillo
(es mañana, hoy ya se fue).

II

La guardilla de mis manos no me deja tocarte,
la guardilla que sale de la punta de mis dedos,
como una blonda ancha alrededor de un pastel,
que no deja caer nata sobre la mesa.

La guardilla decora mis brazos, mi cintura, me rodea todita, me separa del mundo.
Mi guardilla no deja que llegues a tocarme,
me mantiene en silencio,
despintada, vacante.

Soy como un mantel de bodas,
como un ajuar enterito,
de esos que nunca se estrenan,
como una pieza de orfebre en una vitrina hermética.

Mi guardilla me protege de casi todo en la vida,
De lo único que no me guarda,
ay, ya sé,
es de mí misma.

Reflexiones sobre el proceso

Ha sido una palabra interrumpida, y aun así la siento cercana, cálida, tremendamente otoñal (quizá en ese sentido haya sido mejor alargarla hasta este ventoso inicio de otoño). En cualquier caso, es complicado juzgar un proceso interrumpido, algunos resultados me quedan ya lejanos y otros demasiado recientes. Las ganas de continuar pueden más que todas las horas que nos roba el inicio de este curso incierto. Sigo con el diccionario, pues… espero que más fiel al calendario.

Proyecto Abecedario #06: F de Formalización

Parece que al diccionario le gusta regalarme palabras burocráticas, y en esta ocasión le tocó a ‘Formalización’.

formalización

1. f. Acción y efecto de formalizar o formalizarse.

formalizar 

1. tr. Dar estructura formal a una proposición o a un discurso.

2. tr. Revestir algo de los requisitos legales o de procedimiento. Formalizar un expediente, un ingreso, unasiento.

3. tr. Concretar, precisar algo. Formalizar un negocio, una propuesta.

4. tr. Dar carácter de seriedad a lo que no la tenía. Formalizar un noviazgo.

5. tr. Representar algo, como ideas, informaciones o conocimientos, con los recursos formales de un sistema.

6. prnl. Dicho de una persona: Hacerse seria y responsable.

Aquí os dejo los resultados:

TEXTO

Dimos vueltas y vueltas hasta que tú decidiste que, por fin, me darías la mano. Yo no entendía nada, yo hubiese enlazado mis dedos con los tuyos desde el primer paseo, del mismo modo que se habían entretejido desde la primera caricia sin ojos, sin ventanas. No sabía que todo dependía del contexto, de que amarse con testigos significaba algo más, bastante más que simplemente amarse. Quizá querías un amor con cuentagotas, un amor que solo se manifestara de vez en cuando. Los pasos siempre de puntillas para no despertar a la bestia, a la bestia del miedo. Para mí todo era más fácil, tú estabas en los árboles, en las nubes, en todo. En cada caramelo que me comía y en cada callejón por el que pasaba. Y como ya estabas, qué más me daba que estuvieras con o sin cuerpo, claro. En realidad eso me sirvió de mucho para no empapar tanto la almohada, para mantenerla moderadamente seca. En tu ausencia, en realidad tú estabas, aunque no lo sabías. Era un secreto mío, pero un secreto un poco a voces, porque si alguien me miraba mucho rato a los ojos, estoy segura de que te veía ahí dentro. Pero tu mano, tu mano no estaba ahí, claro. Y tardó mucho en llegar. Y qué suave el roce de tus dedos cuando por fin, un día, lo sentí al mismo tiempo que la luz del sol, y tuve ganas de volar, y en realidad ya volaba. Y no sé si hice bien en responder al gesto, porque la niña que tengo dentro creía con mucha fuerza que si alguien quiere darte la mano te la da, sin preguntas, sin monstruos, sin vacilar, desde el principio. Por muchas ventanas abiertas que haya. Por muchos ojos que miren. Pero la niña no sabía que hay personas a las que los dedos no les resbalan, personas que cuando  cogen una mano no la sueltan a la primera, que la cogen de verdad, que la cogen y bien puedes estar colgando de un puente, que no la dejarán a no ser que muerdas la suya. Y que a lo mejor esas personas se lo piensan un poco antes de hacer un gesto en falso. Y que a veces hay manos líquidas que te parece que te cogen pero en realidad no lo están haciendo, solo crean un mar en el que todo son manos que se sienten cogidas pero que navegan solas. Yo tengo la suerte de que mi mano no esté en el mar. Y de que la tuya, al final, decidió quedarse conmigo. Y de que yo, sin hacer caso a la niña, respondí al gesto y la cogí.

COLLAGE (en tres fases):

POEMITA

Quiero ser un oasis
en el que estés siempre,

pero siempre
como si acabaras de llegar.

Reflexiones sobre el proceso

Claramente esta palabra no me motivaba en absoluto. A ello se ha unido la pereza estival y no le he dedicado todo el tiempo que hubiese querido. De todos modos, decidí enfocar la palabra desde su dimensión más «romántica», que era la única que podía llegar a motivarme un poco. Así, llegó primero el texto, luego los collage (a partir de algunas ideas del propio texto) y más tarde, en un instante fugaz, el poemita. También empecé a hacer una canción, pero no me ha dado tiempo a terminarla y tampoco me motivaba lo suficiente como para centrarme en ella… Qué difícil concentrarse cuando las terrazas y el agua nos están llamando a gritos, ¿no creéis?

Proyecto Abecedario #05: E de Entrevero

Para la letra E, la casualidad trajo una palabra de latinoamérica: entrevero. Yo no la había oído nunca, pero me parece preciosa. Aquí os dejo la definición de la RAE y los resultados.

entrevero

De entreverar.

1. m. Arg., Bol., Chile, Ec., Perú y Ur. Confusión, desorden.

2. m. Arg., Bol., Par., Perú y Ur. Acción y efecto de entreverarse.

Y del entrevero salió esto:

IMÁGENES

TEXTO

Hay un entrevero en mis entrañas. Entre la sangre y la carne. Entre la piel y los huesos. Entreabro las heridas y entreveo, entretenida, el entrevero. El entrevero se va entretejiendo, se va adentrando en los entresijos y los enreda, y los enrolla, y los enrosca. Se me queda todo patas arriba, se me queda todo entreverado. Una fuerza que no conozco, una potencia oculta, revuelve todo lo revolvible y sale, sale de nuevo al mundo. El entrevero sale de mí y enreda y enrolla y enrosca todo lo que encuentra a su paso. Yo no quería, lo juro, pero el entrevero sale, sale de mí como una fuente enbravecida, sale de mí como una tromba y lo desordena todo, lo desatina todo, lo desencaja todo. No sé cómo pararlo, este entrevero que antes estaba todo por dentro y ahora danza con el viento. No sé qué muro encender, el entrevero sopla fuerte y los apaga, uno tras otro. No sé por qué nudo empezar a buscar el cabo. Dónde estaba el principio y dónde queda el final. El entrevero los ha querido difuminar. Y de repente parece que este entrevero era mío, que lo hice yo con mis manos, que yo lo lancé, hacia el mundo, como un feo maleficio. No, mundo. No he sido yo. Créeme, créeme, por favor. Él se me metió aquí dentro. Y luego salió de mí, sí, pero no fui, yo no fui. Y ahora ya no hay por donde salir de este jardín ciego. No me salen las palabras, y nadie se cree mi cuento. Culpable, se quemarán mis ideas y mi cuerpo. Pero él, el entrevero, se quedará en el camino y, cuando alguien se tropiece, se le meterá por dentro.

CANCIÓN

OTROS EJERCICIOS ESCRITOS DURANTE EL PROCESO

I

Hay nudos
que no se pueden deshacer
de tan apretados,
apretados que están.

Hay dedos
hay músculos, hay garras
que se empeñan
en intentarlo hasta sangrar

cuando a veces
la única forma de librarse del nudo
es coger las tijeras
y cerrar sin mirar.

II

Déjame ver las cuerdas
que tienes por dentro
porque me ha parecido
que hay un poco de enredo.

Déjame verte el entrevero,
que a lo mejor solo hace falta
mover un par de ideas
para volver al juego.

Déjame revolverte
un poco el costurero;
el cabo de la lana
solo yo te lo encuentro.

III

La música está encerrada
en una cajita que tienes escondida;
nunca la abres
porque dices que está desordenada.

Pero no se puede ordenar
una caja
sin abrirla.

IV

Sale y el entrevero
se le come la ropa,
de repente está desnuda
en medio de la calle.

Busca sin comprender
la puerta de su casa,
pero se la ha tragado
también el entrevero.

No sabe adónde ir,
todo lo que tenía
un enredo de tripas
lo está digiriendo

Se tira al agua del mar
y se va deshaciendo,
pastilla efervescente;
a ella también
se la ha comido el entrevero

Reflexiones sobre el proceso

El hecho de que fuera una palabra desconocida, sin ninguna connotación previa para mí, ha tenido la ventaja de que daba algo más de espacio a la imaginación, y la desventaja de que tal vez no haya captado la esencia del concepto, o el uso que se le da en el contexto latinoamericano. En cualquier caso, decidí agarrarme a la equiparación a «confusión» o «enredo», conceptos muy presentes en mi vida. De ello salieron primero los diferentes textos, más tarde las imágenes, en que intentaba jugar con la mezcla de elementos a partir de recortes, y al final con la superposición de la fotografía a la realidad (a veces estamos tan absortos en la representación o la idealización que no nos damos cuenta de que lo representado o el objeto / persona «real» está ante nuestras propias narices); este es, pues, el concepto que hay tras la tercera imagen de la serie. Más tarde, en una hora aletargada cualquiera, surgieron unos acordes que me llevaron a la canción. No tenía pensado hacer tema musical con esta palabra, pero se me revolvió el instinto de folclórica y me gustó bastante el resultado. En general, estoy contenta con los resultados de esta palabra, y veo que poco a poco se va creando una inercia a la hora de desarrollar las ideas. Esperemos que siga así…

Proyecto Abecedario #04: D de Desestimar

Para la letra D, la palabra que ha designado el azar ha sido un poco más discretita que las anteriores. «Desestimar» tenía mucho potencial para los juegos de palabras, así que se ha convertido más en una vía para el ensayo de la escritura que para la escritura misma. A continuación os comparto la definición de la RAE y mis ejercicios alrededor de la palabra.

desestimar 

1. tr. tener en poco. (a una persona o cosa: no hacer bastante aprecio de ella.)

2. tr. Denegar, desechar. El tribunal desestimó el recurso. Hemos desestimado la idea.

Y aquí los resultados, por orden de creación:

TEXTO

Lamentamos comunicarle que hemos decidido desestimar su petición de futuro, por la potestad que nos confiere el órgano de gobierno que rige este organismo. La presente coyuntura hace inviable la respuesta positiva a la solicitud realizada, dado que no se dispone de evidencias suficientes de la viabilidad de la misma. Queda desestimado a su vez cualquier recurso contra esta comunicación, en virtud del artículo correspondiente de la ley que así lo designa. Sin perjuicio de una posible solicitud en próximas convocatorias, ante la cual la dirección general podría decidir realizar una admisión siempre y cuando esta sea presentada mediante los registros oficiales que marca la legislación y cumpla con los requisitos establecidos, este departamento da por agotadas todas las vías de reclamación y la deja a usted absolutamente en bragas ante esta santísima institución.

Atentamente,

La secretaría de la dirección (y del sentido) de la Vida.
Firmado digitalmente a 31 de junio de 2020

EJERCICIOS POÉTICOS:

I


Desestimo esperar
Desestimo quedarme
Desestimo no correr
Como una loca
Hacia el deseo
Hacia el deseo
Hacia el deseo
Deseo, estimo.
Estimo que es tan grande
Que no cabe en una estimación.
Deseo y se termina,
Se termina la canción

II

Me desestimas porque me subestimas
y has olvidado lo que hay por encima,
por encima del techo,
y por debajo,
por debajo del suelo

Me has desestimado sin notificación,
sin aviso de correos,
sin membrete,
sin sello.

Me has desestimado pronto,
sin periodo de prueba,
sin seguro,
sin crédito

Me desestimas y mi estima,
que es alta al verte y olerte,
se aparta hacia un rincón,
por encima del techo,
o tal vez por debajo,
por debajo del suelo.

III

Me han desestimado tanto,
que no sé ni cómo no
me he autodesestimado,
o cómo no me he mandado
al exilio de mi vida,
a la sombra de mi cárcel,
a un pozo en cualquier esquina.
Cómo de la desestima
no me ha quedado la piel
desgarrada y los lunares
borrados uno por uno
y las mejillas en carne.
No sé cómo la reyerta
solo me ha hollado una parte,
un rinconcito del alma,
un silencioso reducto
que se ha quedado en su jaula.
El resto sigue viviendo,
sigue estimando y creciendo,
no sé de dónde la saco
la fuerza que llevo dentro.
Desestimada mi suerte,
desestimado mi patio,
usted no entiende que así
mi rabia se ha vuelto canto.

COLLAGE

Collage inspirado en la palabra «Desestimar»

CANCIÓN

Canción «Desestimem-ho», compuesta para la letra D del Proyecto Abecedario

Reflexiones sobre el proceso

Lo cierto es que la palabra no me motivaba demasiado, pero aún así me he obligado a centrarme en ella y sacar lo mejor de mí. La parte más literaria, como ya he dicho antes, creo que en esta ocasión se puede considerar más bien como una serie de ejercicios, centrados en el juego con la palabra, más que como piezas literarias terminadas. Aun así, creo que contribuyen a algunos de los objetivos del proyecto (dar más espacio a la creación, eliminar límites y autocensura, etc.). El collage me gusta especialmente, dado que lo quise relacionar con la cuestión burocrática del primer texto, y pienso que al final ha adquirido una dimensión propia que se puede interpretar desde diversos puntos de vista, e incluso desvinculándolo de la palabra que nos ocupa. Por último, la canción surgió a raíz de uno de los poemas-ejercicio que escribí al principio, y que una vez releí, pensé en aprovechar como letra para una canción. No me resulta fácil poner música a letras ya hechas, por lo que estoy contenta con el resultado, que me ha permitido avanzar un pasito más en mi camino recién empezado de «compositora».

Veremos qué nos depara la letra E…

Proyecto Abecedario #03: C de Chocho

Os parecerá mentira, pero sí. El azar señaló nada menos que la palabra «chocho» para la letra C de este maravilloso proyecto, que quizá está resultando algo menos poético de como lo imaginé a priori.

Ahí va la definición:

chocho1

Del mozár. šóš, y este del lat. salsus ‘salado’, por prepararse así habitualmente.

1. m. altramuz (‖ fruto).

2. m. Confite, peladilla o cualquier dulce pequeño.

3. m. Col. y R. Dom. Árbol leguminoso de hojas pubescentes y semillas de color rojo encendido.

chocho2, cha

De or. onomat.; cf. port. chôcho ‘[huevo] huero, podrido’.

1. adj. coloq. Que chochea.

2. adj. coloq. Lelo de puro cariño.

3. adj. coloq. Arg. y Ur. satisfecho (‖ complacido, contento).

4. adj. El Salv. nicaragüense. Apl. a pers., u. t. c. s.

chocho

1. interj. Nic. U. para expresar asombro, alegría, admiración, etc.

chocho3

Del quechua chuchu.

1. m. Perú. Semilla comestible del tarhui, que se remoja para extraerle el amargor y la acidez, antes deconsumirla.

2. m. Perú. Ensalada de granos de tarhui cocidos, con cebolla y limón.

chocho4

De or. expr., con ch– para indicar blandura; cf. chichi2chocha2 y chucha.

1. m. vulg. coño (‖ vulva y vagina).

Y a continuación os dejo los resultados:

FOTOGRAFÍA

TEXTO

Chocho. Chocho es como se llamaban entre sí mis compañeras de clase en el instituto. “¡Hola, chocho!”, se decían unas a otras, abrazándose como si llevaran un año sin verse, sus pendientes de aros tamaño percha de loro, sus tangas asomando por encima del pantalón. “Chocho, ¿qué tal?”, “chocho, te amo”. No lo soportaba. Me daba grima, me daba asco. Me parecía que de mal gusto, de barriobajeras sin educación. También me parecía hipócrita. Veía a esas mismas chicas hablando mal unas de otras a la primera ocasión que se presentase. Las veía envidiarse mutuamente, las veía tontear con el mismo chico, cada una esperando que se fijase más en ella que en las demás. Eso sí, juntas hacían un gran equipo. Juntas me miraban mal desde su abrazo chochil, me insultaban en voz baja, lanzaban risillas cómplices. Venían de la mano a hablarme, a investigar al bicho raro, a buscar nuevo material para su diversión vil.

A mí nunca nadie me llamó chocho. Algunos días me daba pena. Otros me producía alivio. Ahora ya no siento pena, ahora ya solo siento alivio. Pero la palabra ya no me parece horrible. Ni asquerosa. Ni barriobajera. Ahora conozco a Almodóvar. Ahora tengo muchos chochos a mi alrededor. Chochos estupendos, chochos maravillosos. Chochos que no me llaman chocho, pero que me aman. Quiero vivir rodeada de chochos. Porque, con todos sus estrógenos, con toda su oxitocina, con toda su sangre que baila con la luna, los chochos me abrazan y me oyen. Los chochos tienen orejas y saben usarlas muy bien. Los chochos tienen brazos que mecen y que calman. Los chochos tienen vida, mucha vida, y la regalan. Chochos también los hay interiores. Hay quien no tiene chocho físico, pero sí tiene chocho espiritual. Si tuviera que  rezar a alguien, le rezaría a la virgen del chocho, que es de todo menos virgen, pero que materializa más imposibles que Santa Rita. Gracias, virgen del chocho. Sin chochos mi pozo no tendría final. Gracias, virgen del chocho. Sin chochos pensaría que estoy loca tres veces al mes. Gracias, virgen del chocho. Sin chochos no habría aquelarres, y sin aquelarres no habría forma de ahuyentar a los monstruos. Gracias, virgen del chocho. Sin chochos, yo no sería ya más que un animalillo atropellado. Gracias, virgen del chocho. Sin chocho, yo no sería chocho. Porque al final resulta que sí. Que aunque nadie me lo llamara en el instituto, “chocho” también soy yo.

CANCIÓN

La rumba de la virgen del chocho

BONUS TRACK

Reflexiones sobre el proceso

Lo reconozco, no estaba demasiado inspirada. Tiré de lo que me evocaba la palabra, y eso me llevó a territorios más autobiográficos (la eterna discusión, ¿la «autoficción» es solo terapéutica o también es literatura?). Pero una vez que tuve el texto y la foto no sabía por dónde más tirar. Sin embargo, me gustaba la idea de la virgen del chocho y pensé que no estaría mal dedicarle una canción. De ahí salió la rumba, muy típica y tópica, pero que creo que cumple su función. También me apetecía hacer un collage, pero finalmente no me dio tiempo y he incluido un gif con algunos de los elementos que quería utilizar. En cualquier caso, sigo con la idea del proyecto de no detenerme aunque piense que los resultados no son óptimos. ¡Si me dejara llevar por el impulso autodestructivo, al final no haría nada!

Proyecto Abecedario #02: B de Barbacoa

Cuarta semana, segunda letra. Se cumple un mes desde el inicio del Proyecto Abecedario, y aquí os dejo los frutos de la letra B, para la que me tocó, aleatoriamente, la palabra Barbacoa. Aquí la definición:

Quizá del taíno barbacoa.

1. f. Parrilla usada para asar al aire libre carne o pescado.

2. f. Conjunto de alimentos preparados en una barbacoa. Comerse una barbacoa de pescado.

3. f. Bol., Guat., Méx. y Perú. Conjunto de palos de madera verde puesto en un hoyo en la tierra, a manera deparrilla, para asar carne.

4. f. C. Rica y R. Dom. emparrado (‖ armazón que sostiene la planta trepadora).

5. f. Cuba, Ec. y Méx. Andamio en que se pone el que ha de vigilar los maizales.

6. f. Cuba, Ec. y Perú. Casa pequeña construida en alto sobre árboles o estacas.

7. f. Cuba, Ec. y R. Dom. Zarzo o tablado tosco en lo alto de las casas, donde se guardan granos, frutos, etc.

8. f. Ec. y Perú. Zarzo cuadrado u oblongo, sostenido con puntales, que sirve de camastro.

Y aquí van los resultados:

TEXTO

Cuando me dices que vaya a tu casa, que haces una barbacoa, me acuerdo de repente de lo antisocial que soy. No me apetece verte sudar mientras le das la vuelta a esa salchicha. No me apetece ver a tus amigos riéndose con sus propios chistes machistas. No me apetece verme a mí misma haciendo chistes que solo me hacen gracia a mí. Menos aún que tu vecino llame al timbre porque estamos siendo felices a las once y cinco de la noche. No me apetece odiar a tu vecino. Este fin de semana, no. Tampoco quiero ir a tu baño y ver que tienes una de esas básculas modernas y no poder resistir la tentación de pesarme y ver que estoy como una foca y que ya me he comido tres kilos de carne en tu fiesta, no quiero que me entren ganas de vomitarla o de no comerme el postre. No quiero que cuando me digan quédate un rato más sienta como si lo dijeran por compromiso. Tampoco quiero verle la cara de celos a tu ex novia cuando me eches algún piropo de esos que me dan asco, que me dan pena, que me dan horror, incluso. No voy a ir a tu barbacoa, lo siento. Tengo muchos planes este fin de semana. Como quedarme en el sofá dos horas y media sacándome mocos. Como mirar al techo veinte minutos. Como tirar muchas veces la basura. Como entrar en la cocina, ver lo sucia que está y volver a salir y decidir no cenar. Como no sé, sentarme aburrida y tirarme de los pelos por no haber ido a tu puñetera barbacoa.

VÍDEO

CANCIÓN

Reflexiones sobre el proceso

Esta vez la palabra no era tan inspiradora o «poética», pero precisamente por eso hizo aflorar otro tipo de piezas con algo más de malicia. Es interesante adentrarse en las distintas facetas que nos componen, y creo que este proyecto va a ser útil para explorarlas…